Asesinato de Francisco Fernando de Austria




Francisco Fernando, Archiduque de Austria-Este (Nació el 18 de diciembre de 1863 y murió el 28 de junio, de 1914) , fue un Archiduque de Austria, Príncipe Imperial de Austria, Príncipe Real de Hungría y Bohemia, y desde 1896 hasta su muerte, el heredero al trono austrohúngaro. Su asesinato en Sarajevo precipitó la declaración de guerra de Austria contra Serbia que desencadenó la Primera Guerra Mundial.

ASESINATO

El 28 de junio de 1914, aproximadamente a las once de la mañana, Francisco Fernando y su esposa fueron asesinados en Sarajevo, capital de la provincia austro-húngara de Bosnia-Herzegovina, por Gavrilo Princip, miembro de la Joven Bosnia y uno de los varios asesinos organizados por La Mano Negra. El acontecimiento, conocido como el Asesinato de Sarajevo, fue uno de los desencadenantes de la Primera Guerra Mundial.

Es muy poco conocida su costumbre de llevar la ropa siempre impecablemente planchada y abotonada; hasta tal punto llevó este gusto por la pulcritud que se hacía coser la ropa durante los desfiles o paradas militares, para evitar que las solapas se abrieran con el viento. El día del atentado el hecho de llevar la casaca cosida impidió que se le pudiese socorrer a tiempo, tapándole la herida de bala o deteniendo el flujo de sangre con un simple pañuelo, lo que originó una hemorragia abundante y la consiguiente muerte.

Francisco Fernando fue enterrado con su esposa Sofía en el Castillo de Artstetten, en los pabellones de Viena (Austria).

jueves, 28 de enero de 2010

LEÓN TROTSKY




Lev Davídovich Bronstein, en ucraniano transliterado Bronštein o Bronshtein (Лев Давидович Бронштейн), más conocido como León Trotsky, nació en Yanovka, Ucrania el 7 de noviembre de 1879 (26 de octubre según el calendario juliano prerrevolucionario) y murió asesinado en Coyoacán, Ciudad de México, el 21 de agosto de 1940.

Político y teórico revolucionario soviético, protagonista de la Revolución bolchevique en Rusia en 1917, que dio origen al primer Estado obrero del mundo. Negoció la retirada de Rusia de la Primera Guerra Mundial mediante la Paz de Brest-Litovsk. Tuvo a su cargo la creación del Ejército Rojo que consolidaría definitivamente los logros revolucionarios venciendo a catorce ejércitos extranjeros y a los Ejércitos Blancos contrarrevolucionarios durante la Guerra civil rusa; fue condecorado con la Orden de la Bandera Roja. Posteriormente, se enfrentó política e ideológicamente a José Stalin, liderando la Oposición de Izquierda, lo que le causó el exilio y posterior asesinato a manos de la OGPU.


PRIMEROS AÑOS

Lev Davídovich Bronstein fue el quinto hijo de una pareja de pequeños terratenientes judíos de clase media. Estudió matemáticas por un breve período en Nikolayev. Fue en este período en el que comienza su activismo. Primero, adherido al llamado populismo agrario para después integrarse definitivamente en el marxismo. Es en Nikolayev donde organizó la Liga Obrera del Sur de Rusia, cuyas actividades contra el régimen autocrático zarista harían que fuera detenido, encarcelado y posteriormente desterrado a Siberia.

Logra evadirse de su encarcelamiento y consigue llegar a Londres donde conoce a Lenin, a Yuli Mártov y a Georgi Plejánov, principales dirigentes del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR), que editaban el periódico Iskra (La Chispa), en el cual colaboró. Es entonces cuando empezará a utilizar el seudónimo de Trotsky, nombre de uno de sus carceleros de Siberia. Durante esta época, no llega a enmarcarse en ninguna de las dos corrientes dentro del partido: las facciones bolchevique y menchevique.

En el Segundo Congreso del POSDR, celebrado en Londres en 1903, Trotsky coincidió en la primera parte con Lenin, pero en las cuestiones centrales que dividieron los campos entre los revolucionarios encabezados por Lenin y los reformistas, el Programa y los Estatutos, Trotsky se alineó con los mencheviques, calificando a Lenin como el "jefe del ala reaccionaria del Partido" y desorganizador del POSDR. Sin embargo, no estableció fuertes vínculos con la facción menchevique.

Apartado de los principales dirigentes de la socialdemocracia se apresuró a regresar a Rusia para participar en la Revolución de 1905, durante la cual fue uno de los organizadores del primer soviet (consejo revolucionario) en San Petersburgo, y asumió el papel de dirigente principal. Fracasada la revolución, fue encarcelado y deportado de nuevo a Siberia. Durante esta época escribe dos de sus obras: 1905 y Resultados y perspectivas.

En 1912 participó activamente de la llamada Alianza de Agosto, alineándose junto a los mencheviques liquidacionistas, y se opuso férreamente a la organización de un partido firmemente centralizado. Fue lo que él mismo llamó "una alianza de elementos heterogéneos contra el ala proletaria del partido".

PELÍCULA - "SENDEROS DE GLORIA"




Título: Senderos de Gloria
Director: Stanley Kubrick
Producción: James B. Harris, por Bryna Productions / United Artists (Estados Unidos)
Guión: Stanley Kubrick, Caldero Willingham y Jim Thompson, a partir de la novela homónima de Humphrey Cobb
Fotografía: Georg Krause
Música: Gerald Fried
Dirección artística: Ludwig Reiber
Montaje: Eva Kroll
Año : 1957
Duración: 86 min.
Idiomas: Castellano, Inglés, Francés, Alemán e Italiano
Tipo: blanco y negro
DVD: Sí.
Actores principales: Kirk Douglas (Coronel Dax), Ralph Meeker (Caporal Pares), Adolphe Menjou (General Broulard), George Macready (General Mirbeau), Wayne Morris (Teniente Roget), Richard Anderson (Comandante Saint-Auban), Joseph Turkel (Armaud)


Paths of Glory (Senderos de Gloria en España, Patrulla Infernal en Hispanoamérica) Es una película antibélica de Stanley Kubrick basada en la novela homónima (1935) de Humphrey Cobb. Kubrick escribió el argumento y el guión con la ayuda de Calder Willingham y Jim Thompson. Rodada en 1957, tiene una duración de 86 minutos.



SINOPSIS

Francia, 1916. El ataque suicida del Ejército francés contra las posiciones alemanas en Agnoc, un punto estratégico de vital importancia para el desarrollo de la Primera Guerra Mundial, se convierte en un fracaso estrepitoso. Para escarmentar a las tropas con un castigo ejemplar, el general Mireau (George Macready), uno de los principales responsables del ataque, convoca un consejo de guerra: tres soldados elegidos al azar por sus superiores son acusados de cobardía ante el enemigo y se enfrentan a la pena de muerte.

ANTECEDENTES

Tanto la película como la novela original están parcialmente inspiradas en acontecimientos reales: la ejecución durante la Primera Guerra Mundial, por insubordinación, de cuatro soldados de la Brigada 119 de infantería del Ejército francés. Las ejecuciones fueron declaradas improcedentes, y los soldados rehabilitados en 1934, tras la reclamación de sus familias, dos de las cuales recibieron una indemnización de un franco, mientras que las dos restantes no recibieron reparación alguna.[1] El comandante de la brigada, general Géraud Réveilhac,[2] dio evidentes muestras de desprecio por la vida de sus hombres.[3] En febrero de 1915, después de tres intentos fallidos de tomar una posición enemiga, ordenó a la artillería bombardear las trincheras francesas para obligar a sus tropas a atacar -a lo que el comandante de las baterías se negó sin una orden por escrito-; más tarde, ordenó repetir un ataque aduciendo que ese día no se había alcanzado el porcentaje de bajas considerado como aceptable.



Durante la guerra, el Ejército francés, como los de la mayoría de los beligerantes, llevó efectivamente a cabo fusilamientos por cobardía. Sin embargo, el armazón central de la película es la práctica de ejecutar a soldados seleccionados aleatoriamente, como castigo a las faltas de toda su unidad. Dicha práctica retrotrae a la empleada en las legiones romanas, en las que diezmar consistía en dar muerte a uno de cada diez legionarios como medida disciplinaria. Aunque fue un hecho aislado, también se adoptó en el Ejército francés: la Décima Compañía del Batallón número 8 del Regimiento Mixto de Tiradores Argelinos fue diezmada, el 15 de diciembre de 1914 en Zillebeke (Bélgica), por haber desobedecido la orden de atacar.

ANDRÉ NIN




Andrés Nin Pérez o Andreu Nin i Pérez (El Vendrell, Tarragona, 4 de febrero de 1892 - Alcalá de Henares, Madrid, 22? de junio de 1937), fue uno de los personajes más importantes del marxismo revolucionario en España de la primera mitad del siglo XX.

Biografía

A pesar de sus orígenes modestos —era hijo de un zapatero y una campesina—, consiguió, gracias al esfuerzo de sus padres y a su inteligencia, llegar a ser maestro y trasladarse a Barcelona, poco antes de la Primera Guerra Mundial. Aunque fue maestro durante un tiempo, en una escuela laica y libertaria, pronto se dedicó al periodismo y a la política.

El año 1917 fue clave para su vida. Sucesos como la huelga general de agosto, la Revolución rusa o las luchas entre la patronal barcelonesa y los sindicatos, sobre todo la CNT, le marcaron profundamente. Si bien se integró primero en las filas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) pronto abrazó la causa del sindicalismo revolucionario, ingresando en la CNT. Tras asistir al segundo congreso de la CNT en 1919, donde defendió el ingreso de la CNT en la Internacional Comunista, sustituyó a Evelio Boal, secretario del Comité Nacional de la CNT que había sido asesinado.

En el pleno nacional de la CNT celebrado el 28 de abril de 1921, fue elegido delegado para asistir al tercer congreso de la Internacional Comunista y al congreso fundacional de la Internacional Sindical Roja (Profintern), convirtiéndose en un personaje clave de ambas internacionales (mientras tanto, en 1922, la CNT había abandonado la Internacional Comunista).

Vivió durante un tiempo en Moscú. A partir de 1926, perteneció a la Oposición de Izquierda dirigida por Trotski para oponerse al ascenso de Stalin dentro del Partido Comunista de la Unión Soviética, teniendo que abandonar la URSS en 1930.

A su vuelta a España, Nin fue clave en la formación de un grupo de orientación trotskista (bolchevique-leninista), la Izquierda Comunista de España (mayo de 1931), grupo afiliado a la Oposición de Izquierda Internacional, publicando también el periódico El Soviet. La Izquierda Comunista era un grupo pequeño aunque con algunos militantes muy destacados.

Formó parte de la Alianza obrera e intervino en las sucesos de octubre de 1934 en Cataluña. Rompió con Trotsky por no aceptar su pretensión de adoptar una táctica entrista en el PSOE. Al fusionarse su grupo con el Bloque Obrero y Campesino para fundar el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) en 1935, fue nombrado miembro del comité ejecutivo del nuevo partido y director de su publicación, La Nueva Era. Fue también elegido secretario general de la Federación Obrera de Unidad Sindical (FOUS) en mayo de 1936.

Al estallar la Guerra Civil Española se convirtió en el máximo dirigente del POUM y tras formar parte del Consell d'Economia de Catalunya (entre agosto y septiembre de 1936) fue consejero de justicia de la recién constituida Generalidad (hasta diciembre de ese año) hasta que fue cesado debido a las presiones comunistas.


Polémica sobre su muerte


Finalmente, a medida que las tensiones antitrotskistas se hicieron más evidentes, azuzadas por los agentes soviéticos a través del Partido Comunista de España y del Partido Socialista Unificado de Cataluña (rama catalana del Partido Comunista), la posición del POUM se fue haciendo más difícil en la España republicana. Tras los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona, Nin fue detenido por la policía, junto con otros dirigentes del POUM (16 de junio de 1937), como Julián Gorkin y José Escuder al haberse descubierto entre los documentos incautados a una red de la quinta columna en Madrid, algunos de los cuales "demostraban" la relación entre el POUM y el gobierno de Burgos. Los documentos habían sido falsificados por la NKVD. Inmediatamente su custodia fue transferida a la NKVD, que actuaba clandestinamente en la zona republicana con la connivencia de los mandos comunistas en la policía y el gobierno. Los dirigentes del POUM fueron trasladados a Valencia y luego a Madrid. Nin fue separado del resto de dirigentes del POUM desde el momento de la detención, siendo trasladado a Alcalá de Henares, donde fue interrogado y torturado los días 18, 19 y 21 de junio de 1937. A pesar de las torturas, Nin negó cualquier complicidad con el espionaje fascista. Posiblemente, Nin fue asesinado el 22 de junio, por orden del general Orlov, que actuaba a las órdenes de Stalin. El lugar elegido para su ejecución (Alcalá de Henares) era una base importante de los soviéticos en la España republicana, por lo que ofrecía garantías de seguridad.

La versión oficial que se dio fue que Nin fue liberado de la checa por "sus amigos de la Gestapo". Así lo sostuvo Juan Negrín, jefe del Gobierno de la República. En marzo de 2008 fue hallada casualmente una fosa común con restos de cinco cuerpos humanos de la época de la guerra civil. Es posible que uno de los cuerpos fuera el de Andrés Nin, lo que -de confirmarse- echaría al traste la versión del gobierno de la República. Existen versiones indicando que Negrín conocía la verdad sobre este suceso y lo encubrió con la versión de la Gestapo. Aunque en lo que su nieta afirma serán sus memorias, Negrín afirma haber sido engañado.

sábado, 23 de enero de 2010

batalla de verdún



La Batalla de Verdún fue la más larga de la Primera Guerra Mundial, y la segunda más sangrienta tras la Batalla del Somme. En ella se enfrentaron los ejércitos francés y alemán entre el 21 de febrero y el 19 de diciembre de 1916, alrededor de Verdún, en el nordeste de Francia. El resultado fue de un cuarto de millón de muertos y alrededor de medio millón de heridos entre ambos bandos.

La batalla se popularizó por el famoso «¡No pasarán!» dicho por el comandante francés Robert Nivelle.

En el terreno donde se llevaron a cabo los enfrentamientos se construyó un memorial donde reposan mezclados los restos de miles de soldados de los dos países que no pudieron ser identificados.


ANTECEDENTES


El territorio de Verdún fue desde siempre un lugar inexpugnable durante toda la historia, desde Atila hasta la Guerra Franco-prusiana. En 1914 era un lugar simbólico y estaba magníficamente fortificado y con apoyo de artillería.

Después de que los alemanes fracasaran en conseguir una victoria rápida sobre Francia, la lucha en el frente occidental se convirtió en una Guerra de trincheras.

En 1915 el comandante en jefe alemán Erich von Falkenhayn planeó un ataque a Francia, desoyendo los consejos de Hindenburg, que prefería terminar totalmente con el frente ruso y esperar a que Serbia fuera también definitivamente aplastada. El plan consistía en una guerra de desgaste contra las tropas francesas para conseguir el mayor número de bajas de soldados y de material.

La situación de los aliados era bastante preocupante, pues aunque habían frenado en diversas ocasiones a los Imperios Centrales, éstos se hallaban en disposición de lanzar un ataque masivo en Francia si lograban acabar con el frente oriental, y probablemente ese ataque sería definitivo. Mientras que los aliados planeaban un ataque conjunto de Francia, Gran Bretaña, Rusia e Italia a ambos lados del río Somme, el Estado Mayor alemán presentaba sus planes al káiser Guillermo II. El plan alemán se basaba en que el mayor enemigo era Inglaterra y su "mejor espada" era el ejército francés, por ello se veían obligados a desangrarlo.




LA BATALLA


La elección de Verdún fue decidida debido a que Verdún, dividida en dos por el río Mosa, era una antigua fortaleza que había sido considerada a lo largo de la historia de Francia como un paso vital para introducirse en el centro del país: era la más imponente de las construidas por Luis XIV, y había permitido a Joffre recobrarse en el Marne. Por todo esto, los franceses se verían obligados a defender la plaza con todas sus fuerzas. Además la plaza estaba muy debilitada debido a que gran parte de sus piezas de artillería habían sido desplazadas de sus fortalezas para la ofensiva de Champagne, las tropas se hallaban aletargadas y apenas había comunicaciones entre las fortalezas. Los alemanes habían reunido 140.000 hombres y unos 1.220 cañones de los mayores calibres para terminar de aniquilar este sector defensivo francés.

El ataque alemán se inició el 21 de febrero de 1916, con un retraso de varios días debido a las inclemencias meteorológicas. El 5.º Ejército alemán bombardeó con dos millones de bombas un terreno de 40 km durante dos días, causando unas 20.000 bajas a los franceses y conquistando una serie de aldeas en poco tiempo, lo que les permitió plantarse ante los fuertes que defendían la ciudad, siendo el más poderoso el más rápido en caer (Fort Douaumont), y controlando las líneas de suministro que llegaban desde el río Mosa. Los alemanes usaron lanzallamas contra las trincheras francesas. Este primer ataque duró hasta el 2 de marzo, y las pérdidas fueron considerables para ambos bandos.

Pese a estos exitosos avances alemanes, la defensa francesa, organizada ahora por Pétain, desarrolló un sistema de rotación de efectivos y armas, que unido a la superioridad aérea francesa y al uso de vehículos civiles para el abastecimiento por la única carretera que no había sido destruida, provocó que el avance frontal germano fuera imposible. Los alemanes entonces se dedicaron a atacar los flancos y se lanzaron hacia la colina de Le mort Homme y a la cota 304 el 6 de marzo, y el día 8 a Fort Vaux. En tres meses los alemanes capturaron Cumières y Chattancourt en el oeste de Verdún, y Fort Vaux en el este sobre el 2 de junio.

El temor a la derrota comenzaba a planear en ambos bandos debido a las incontables bajas que se estaban produciendo, y Pétain y el príncipe Guillermo comenzaron a ser desplazados por los más crueles Robert Georges Nivelle y Von Knobelsdorf.

El siguiente objetivo alemán fue Fort Souville. El 22 de junio bombardearon las defensas francesas con gas venenoso y al día siguiente atacaron con 60.000 hombres, ocupando la batería de Thiaumont y la villa de Fleury, pero fueron incapaces de tomar Souville, y la lucha se prolongó hasta el 6 de septiembre.

Inesperadamente, el avance germano tuvo que ser paralizado debido al ataque realizado por el general ruso Brusilov sobre los austríacos, que obligó a desplazar tres divisiones alemanas a la zona del ataque. La reanudación de la Batalla del Somme obligó a los alemanes a retirar algunas de sus piezas de artillería de Verdún para defenderse de la ofensiva anglo-francesa en el norte, justo en el momento en el que Pétain había solicitado a Joffre la retirada, y la moral francesa se encontraba por los suelos.

En otoño, los soldados alemanes estaban exhaustos, y el comandante en jefe Von Falkenhayn había sido reemplazado en favor de Paul von Hindenburg y por su co-comandante Erich Ludendorff.

Los franceses lanzaron una contraofensiva en octubre de 1916. Fort Douaumont fue bombardeada duramente y recuperada el 24 de octubre. El 2 de noviembre los alemanes perdieron Fort Vaux y se retiraron. La batalla terminó el 11 de diciembre cuando los franceses lograron que los alemanes retrocedieran a sus posiciones de febrero.

55 DÍAS EN PEKÍN

55 días en Pekín es una película de género épico dirigida por Nicholas Ray, y producida por Samuel Bronston, en 1963. Ambientada durante el levantamiento de los bóxers, en el Pekín de finales del siglo XIX, la película narra el sitio al que se vieron sometidas, por los bóxers, las embajadas de las potencias extranjeras en 1900.


ARGUMENTO

Junio de 1900. China se halla bajo la ocupación de las potencias occidentales, que se reparten su territorio en zonas de influencia. Los misioneros cristianos predican su religión y destruyen las estatuas de Buda. Esto provoca una revolución nacionalista, la de los Boxers, que quiere la expulsión de todos los extranjeros de China.

Una compañía de marines de los Estados Unidos, bajo el mando del comandante Matt Lewis, llega a Pekín con la misión de evacuar la embajada americana pero el embajador británico, Sir Arthur Robinson, decide quedarse y eso hace que todos los demás embajadores se queden también al saber que una columna de socorro de 2.000 hombres se halla en camino.

El 20 de junio es asesinado el embajador alemán y el comandante Lewis, puesto al mando de las fuerzas militares extranjeras, organiza la defensa del barrio de las legaciones extranjeras con los 500 hombres de que dispone. Cuando el ataque se produce 6.000 chinos se lanzan al asalto y sólo la disciplina, la profesionalidad y la superioridad armamentística logran rechazar el ataque, comenzando así un cruento asedio.

La emperatriz nombra a un nacionalista, el príncipe Tuan, ministro de asuntos exteriores y decide apoyar la revolución ordenando al ejército regular chino que ataque a la columna de socorro y esto frena el avance del almirante británico Seymour.

Mientras, los asediados rechazan un ataque tras otro, ofreciendo una feroz resistencia, pero se ven obligados a replegarse cada vez más, presionados por la superioridad numérica y porque a las milicias bóxers se ha unido ahora el ejército regular chino.

Entretanto, el comandante Lewis inicia una relación con la baronesa rusa Natalia Ivanoff, una bella mujer viuda de un oficial ruso repudiada por la sociedad y acosada por su cuñado el barón Ivanoff, que ha decidido quedarse para ayudar al doctor como enfermera. La situación se convierte en insostenible, faltan medicinas y alimentos para los heridos. Natalia consigue una tregua y sale para conseguir medicinas pero es atacada a traición y herida de un balazo en un brazo. Lewis intenta una salida para contactar con la columna de socorro, pero no lo consigue y regresa también herido. La situación se vuelve desesperada. Natalia se niega a que le amputen el brazo para evitar la gangrena y muere.

Los defensores se preparan para ofrecer una última resistencia, pero la columna del almirante Seymour logra abrirse paso a través del ejército chino y el 14 de agosto alcanza el barrio de las delegaciones extranjeras, liberándolas tras 55 días de duro asedio y obligando a la emperatriz a rendirse y plegarse a las exigencias de las potencias extranjeras.

Lewis abandona Pekín con los hombres que le quedan y se lleva a la hija mestiza de su sargento muerto en la lucha.

GUERRAS DE LOS BÓERS




En el Reino Unido se conocen como Guerras de los bóers dos conflictos armados que enfrentaron al Imperio Británico con los colonos de origen neerlandés (llamados bóer, afrikaners o voortrekkers) en Sudáfrica, y dieron como resultado la extinción de las dos repúblicas independientes que los últimos habían fundado. La primera de ellas se desarrolló entre el 16 de diciembre de 1880 y el 23 de marzo de 1881, y la segunda entre el 11 de octubre de 1899 y el 31 de mayo de 1902. Los bóer se refieren a las dos guerras como las «Guerras de liberación».


Contexto histórico


Los Voortrekkers (los que avanzan primero) fueron granjeros blancos llamados también Afrikaners. El apócope de la palabra da origen al nombre Bóer. Estos granjeros en las décadas de 1830 y 1840 emigraron en el Gran Trek desde la Colonia del Cabo dejando los territorios controlados por los ingleses hacia territorios despoblados a partir de la difaqane originada por Shaka, el rey zulú.

Los Bóers son un grupo étnico de origen holando-germánico. Su asentamiento abarca territorios de Sudáfrica y de Namibia.

Su identidad se basa en dos elementos: la lengua afrikáans, una variación criolla del holandés, y la religión calvinista.


Primera Guerra Anglo-Bóer


También conocida como Guerra de Transvaal, la Primera Guerra Anglo-Bóer fue el primer enfrentamiento entre el Reino Unido y los bóers de Transvaal. Se desencadenó cuando Sir Theophilus Shepstone anexó Transvaal (la Unión Sudafricana) al Reino Unido en 1877. Los británicos consolidaron su poder sobre la mayoría de las colonias de Sudáfrica en 1879, tras la Guerra Zulú. Los bóer protestaron ante el hecho consumado y, en diciembre de 1880, estalló una revuelta.

La guerra comenzó el 16 de diciembre de 1880, tras la declaración de independencia del Reino Unido, con el ataque de los bóer a un fuerte británico en Potchefstroom. Esto desencadenó una operación en Bronkhorstspruit el 20 de diciembre de 1880 en la que los bóer se emboscaron y destruyeron una caravana militar británica. Desde el 22 de diciembre de 1880 al 6 de enero de 1881, las guarniciones británicas de todo Transvaal sufrieron asedio.

Los bóers vestían sus ropajes de granjero cotidianos, fabricados en paño de color caqui, mientras que los uniformes británicos seguían siendo rojo escarlata, algo que llamaba notablemente la atención en el paisaje africano y permitió a los bóer, expertos francotiradores, hostigar fácilmente a las tropas británicas a distancia.

El cerco de las guarniciones británicas desembocó en la Batalla de Laing's Neck el 28 de enero de 1881, en la que un destacamento británico compuesto por las fuerzas de Natal bajo el mando del General Sir George Pomeroy-Collery intentó romper las líneas de los bóer sobre la cordillera de Drakensberg para liberar sus guarniciones. Por su parte los bóer, a las órdenes de P.J. Joubert, rechazaron los ataques de la caballería e infantería británicas.

Otras acciones fueron la Batalla de Schuinshoogte (también conocida como Ingogo) el 8 de febrero de 1881, donde otro destacamento británico estuvo a punto de ser destruido. No obstante, la humillación definitiva de los británicos llegó con la Batalla de Majuba Hill el 27 de febrero de 1881, en la que varias compañías de bóer atacaron la colina y los expulsaron, y en la que Collery resultó muerto.

Incapaz de involucrarse más en una guerra que daba por perdida, el gobierno británico de William Gladstone firmó una tregua el 6 de marzo y, en el tratado de paz definitivo del 23 de marzo de 1881, concedió a los bóer el autogobierno de Transvaal bajo la supervisión teórica de los británicos.


Segunda Guerra Anglo-Bóer


En 1887, los buscadores de oro hallaron el mayor filón del mundo en Witwatersrand, una cordillera de unos 96 km que se extiende de este a oeste a unos 48 km al sur de Pretoria. Tratando sobre los posibles beneficios de tal hallazgo, el presidente de Transvaal, Paul Kruger, mostró su clarividencia al manifestar que «En lugar de regocijaros haríais mejor en llorar, pues este oro será causa de un baño de sangre en nuestro país».

Con el descubrimiento del oro de Transvaal, miles de colonos británicos cruzaron en oleadas la frontera desde la Colonia del Cabo. El tamaño de la ciudad de Johannesburgo explotó y se transformó en núcleo de infraviviendas de un día para otro a medida que los extranjeros (uitlanders en neerlandés) llegaban y se establecían en las inmediaciones de las minas. Los extranjeros superaron rápidamente en número a los bóer de Witwatersrand, aunque en general siguieron siendo una minoría en Transvaal. Los afrikaners (colonos neerlandeses), nerviosos y resentidos por la presencia de los extranjeros, se negaron a reconocerles derechos electorales e impusieron pesadas cargas fiscales sobre la industria del oro. Como respuesta, creció la presión de los extranjeros y de los propietarios británicos de las minas para que cayera el gobierno de los bóer. En 1895, Cecil Rhodes promovió un fallido golpe de estado respaldado por una incursión armada conocida como Jameson Raid.

El fracaso en la lucha por los derechos de los británicos se utilizó para justificar una intervención militar en toda regla en el Cabo, y diversos líderes coloniales británicos se mostraron favorables a la anexión de las repúblicas de los bóer. Entre ellos se contaba el gobernador de la Colonia del Cabo, Sir Alfred Milner, el secretario colonial británico Joseph Chamberlain y los propietarios de minas asociados como Alfred Beit, Barney Barnato y Lionel Phillips. Convencidos de que los bóer serían derrotados rápidamente, intentaron provocar una guerra.

El presidente del Estado Libre de Orange, Marthinus Steyn, convocó a Milner y Kruger a una conferencia en Bloemfontein que se celebró el 30 de mayo de 1899 (la Conferencia de Bloemfontein), pero las negociaciones se interrumpieron muy pronto. En septiembre de 1899, Chamberlain presentó un ultimátum por el que exigía igualdad legal para los ciudadanos británicos residentes en Transvaal.

Kruger, seguro de que la guerra era ya inevitable, presentó su ultimátum antes de recibir el de Chamberlain. En él se comunicaba a los británicos que disponían de 48 horas para retirar todas sus tropas de la frontera de Transvaal, de lo contrario la república se aliaría con el Estado Libre de Orange y les declararía la guerra

BURTON Y SPEKE

La exploración de Burton y Speke a los lagos Tanganika y Victoria fue indiscutiblemente su más celebrada exploración, pero lo que siguió fue una amarga y prolongada disputa pública entre los dos hombres que dañó gravemente la reputación de Burton. A juzgar por algunas cartas que se han conservado, parece ser que a Speke no le gustaba Burton y desconfiaba de él incluso antes del comienzo de su segunda expedición juntos.

Hay varias razones por las que se distanciaron. Parece obvio que ambos eran de muy diferente personalidad siendo Speke más acorde a la prevalente moral victoriana de la época. Esto fue sin duda motivo de rivalidad profesional. Algunos biógrafos han sugerido que ciertos amigos de Speke (especialmente Laurence Oliphant) sembraron cizaña entre ellos. También parece que Speke estaba dolido con el papel de líder de la expedición de Burton y reclamaba que ese liderazgo era sólo nominal y que Burton fue prácticamente un inválido durante la segunda parte de la expedición. Hubo problemas con las deudas contraídas por la expedición y que fueron dejadas sin pagar cuando dejaron África. Speke proclamó que Burton era el único responsable de esas deudas. Por último, estaba el asunto de las fuentes del Nilo, tal vez el mayor premio para un explorador de la época. Se sabe ahora que el lago Victoria es una fuente, pero en esa época era un tema controvertido. La expedición de Speke allí se llevó a cabo sin Burton (que estaba incapacitado por varias enfermedades en ese momento) y su topografía de la zona fue, por necesidad, rudimentaria, dejando el asunto sin resolver. Burton (y de hecho muchos exploradores eminentes como Livingstone) eran escépticos acerca de que el lago fuera la verdadera fuente del Nilo.

Después de la expedición, ambos viajaron a Inglaterra por separado. Speke llegó primero a Londres. A pesar de un acuerdo entre ellos por el que darían juntos su primer discurso público, Speke dio una conferencia en la Real Sociedad Geográfica en la que proclamó que su descubrimiento, el lago Victoria, era la fuente del Nilo. Cuando Burton llegó a Londres se encontró con Speke celebrado como un héroe y sintió que su papel quedaba reducido al del compañero enfermo. Más aún, Speke estaba organizando otras expediciones a la región y desde luego no planeaba llevar a Burton.

En los meses que siguieron, Speke intentó constantemente dañar la reputación de Burton, llegando al extremo de proclamar que Burton había intentado envenenarlo durante la expedición. Entretanto, Burton argumentaba contra la declaración de Speke acerca de haber descubierto las fuentes del Nilo diciendo que las evidencias no eran concluyentes y que las mediciones de Speke eran imprecisas. Es notable reseñar que en la expedición de Speke con Grant, aquel hizo firmar a este una declaración diciendo entre otras cosas: «Renuncio a todos mis derechos a publicar... mi propia narración [de la expedición] hasta que sea aprobada por el capitán Speke o la RGS (Royal Geographic Society)».

Speke y Grant llevaron a cabo una segunda expedición para probar que el lago Victoria era la verdadera fuente del Nilo, pero de nuevo los problemas con el topografiado y las mediciones llevaron a que nadie estuviera convencido de que el asunto estuviera resuelto. El 16 de septiembre de 1864 Burton y Speke iban a debatir el asunto de las fuentes del Nilo frente a la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia, en la reunión anual de la asociación en Bath. Burton era considerado mejor orador y estudioso y seguramente saldría ganador de tal debate. Sin embargo, el día anterior, Speke murió debido a un disparo de escopeta autoinfligido mientras cazaba en las posesiones de un pariente de las cercanías. No hubo testigos directos del disparo y se ha especulado ampliamente acerca de que hubiera podido cometer suicidio. Sin embargo, el forense declaró que se trataba de un accidente de caza. Burton estaba en el salón de debates para dar su disertación cuando llegaron las noticias de la muerte de Speke y, considerablemente consternado, decidió no dar su discurso.

HENRY MORTON STANLEY




Sir Henry Morton Stanley, (Denbigh, Gales 28 de enero de 1841 -Londres, Reino Unido 10 de mayo de 1904) Nacido: John Rowlands. Fue un explorador y periodista galés nacionalizado estadounidense, famoso por sus expediciones a la entonces misteriosa África central, en una de las cuales encontró al desaparecido David Livingstone.


PRIMEROS AÑOS DE SU VIDA Y TRASLADO A ESTADOS UNIDOS


Stanley nació en Denbigh, País de Gales, cuando su madre, Elizabeth Parry, tenía 19 años. Según su certificado de nacimiento era hijo ilegítimo y el estigma de la ilegitimidad supuso una pesada carga para él, durante toda su vida. Tuvo una infancia llena de maltratos y de lucha por su existencia, fue criado por su abuelo hasta la edad de cinco años. Cuando éste murió, vivió durante un corto periodo de tiempo con algunos primos y sobrinos maternos, pero poco después fue enviado a St. Asaph Union Workhouse, institución de acogida para pobres, donde el hacinamiento y la falta de control daban lugar a frecuentes abusos de los chicos mayores y de los rectores de la institución. Cuando tenía diez años, su madre y dos hermanos permanecieron durante un tiempo en esta institución, sin que Stanley supieran quienes eran, allí permaneció hasta los quince años, momento en que huye de la institución y marcha a su aldea natal, aquí completa una educación elemental, y colabora como ayudante de profesor en una escuela nacional. En 1859, es contratado en el puerto de Liverpool, en el barco Windermeer, con rumbo a Nueva Orleans. En el barco también sufre una dura travesia, que le lleva a saltar a tierra en cuanto avistan Nueva Orleans, sin esperar a cobrar sus jornales pendientes.

En Nueva Orleans, tomó el apellido Stanley al ser adoptado por un comerciante norteamericano, participó en la Guerra Civil Americana. Al finalizar la guerra, comenzó su carrera como periodista, escribiendo como corresponsal desde el oeste americano, en 1868 acompañó como cronista a las tropas británicas a Abisinia, en la expedición que realizaban los ingleses contra Negus Teodoro, más tarde emprendió expediciones al Imperio Otomano, visitando Grecia, Esmirna, Beirut y Alejandría; también es enviado a España, donde presencia la guerra carlista y asiste a la caída de la reina Isabel II y aprende un perfecto español.


EN BUSCA DE LIVINGSTONE



En el año 1869, en París, el editor del New York Herald, James Gordon Bennett le encargó la búsqueda del explorador y misionero David Livingstone, del que no se tenía noticia desde hacía algunos años, pero antes le encarga que asista como corresponsal a la inauguración del Canal de Suez, para luego ir a Jerusalén, Constantinopla, Crimea, y llegar a la India a través del Cáucaso, Irak y el Éufrates. Tras este periplo Stanley viajó hasta la isla de Zanzibar en 1871 y organizó una expedición para localizar al misionero escocés.

El objetivo de la expedición era la aldea de Udjidji, en el lago Tanganika, donde esperaba localizar a Livingstone, lo encontró, gravemente enfermo, el 10 de de noviembre de 1871, en el momento del encuentro fue cuando pronunció la célebre frase "¿El doctor Livingstone, supongo?". Traba bastante amistad con el médico escocés y juntos exploran la parte norte del lago Tanganika. Al terminar su recorrido, Stanley volvió solo a las costas de Zanzibar, sin que Livingstone, quisiera acompañarlo.

De vuelta a Gran Bretaña, advierte que casi nadie cree lo que cuenta de su encuentro y dudan de la autenticidad de las cartas que presenta, firmadas por Livingstone.

DAVID LIVINGSTONE



David Livingstone, médico, explorador y misionero escocés. Nació en Blantyre, Glasgow (Escocia) el 19 de marzo de 1813 y falleció el 1 de mayo de 1873 en Chitambo, Rhodesia Septentrional.


ACTIVIDAD MISIONERA

En 1844 contrajo matrimonio con Mary Moffat, hija de Roberto y Maria Moffat, misioneros escoceses.

Casi siempre que se habla de los misioneros protestantes en África sale a relucir el nombre de David Livingstone. Su profundo amor al “continente negro” y un espíritu explorador aumentaron su motivación. The New Encyclopædia Britannica menciona que “el cristianismo, el comercio y la civilización” eran “la trinidad que, según él, estaba destinada a conquistar África”.

Aunque es verdad que Livingstone cosechó muchos logros, la predicación del evangelio obviamente no tuvo la primacía en su vida.

La Britannica sintetiza sus treinta años de labor misionera “en el sur, centro y oriente de África, a menudo en lugares donde no había penetrado europeo alguno”, de esta manera: “Probablemente nunca nadie haya influido tanto en las actitudes occidentales respecto de África como Livingstone. Sus descubrimientos —geográficos, técnicos, médicos y sociales— suministraron un complejo conjunto de conocimientos que aún son objeto de estudio. [...] Livingstone creía de corazón en la capacidad de África para alcanzar al mundo moderno. En este sentido, no fue solo un precursor del imperialismo europeo en África, sino también del nacionalismo africano”. Livingstone mostró gran compasión por los africanos.


DESCUBRIMIENTO DE LAS CATARATAS VICTORIA



Después de recorrer durante ocho años la región ejerciendo su actividad misionera, se adentró en el desierto de Kalahari y descubrió el lago Ngami (1849) y el río Zambeze. Entre los años 1852 y 1856 inicia un viaje desde el océano Atlántico hasta el Índico descubriendo en 1855 las cascadas del Zambeze, a las que dio el nombre de cataratas Victoria en honor de la reina de Inglaterra. Livingstone se propuso abrir rutas en África para facilitar la labor misionera y la actividad comercial, considerando para ello la importancia de la navegabilidad del río Zambeze. Viajó a Inglaterra en busca de ayuda para su proyecto y para editar un libro acerca de sus expediciones, al tiempo que dimitía de la sociedad misionera a la que había pertenecido hasta entonces.


EXPEDICION AL RÍO ZAMBENZE


Entre 1858 y 1863 exploró profundamente la zona comprendida entre el lago Nyassa y el Zambeze pero descubrió que desde los rápidos de Kabrabasa (Presa de Cahora Bassa) el río se hacía absolutamente innavegable, debido a una serie de cataratas y rápidos en cuya exploración ya había fracasado en su anterior viaje. La expedición resultó un fracaso y en ella murieron la mayoría de los acompañantes occidentales de Livingstone, entre ellos su hermano Charles y su esposa Mary, quien falleció el 29 de abril de 1863 de disentería. De regreso a Inglaterra en 1864, la expedición al Zambeze fue duramente criticada por los periódicos, lo que provocó que Livingstone tuviera grandes dificultades para conseguir más fondos para continuar con la exploración de África.


NACIMIENTO DEL NILO

David LivingstoneEn marzo de 1866 regresó a África para continuar con su exploración. Esta nueva expedición la inició en la isla de Zanzíbar (actualmente perteneciente a Tanzania), para adentrarse a continuación en el continente africano donde descubrió los lagos de Bangweulu y Moero y el río Lualaba, que fue erróneamente identificado por Livingstone como el Nilo, cuando realmente es la cabecera del río Congo. Posteriormente se encaminó hacia las riberas del lago Tanganica.

ENCUENTRO CON STANLEY

A partir de entonces y durante varios años no se supo nada acerca de él, por lo que el periódico New York Herald organizó una expedición de socorro que fue confiada a Henry Stanley, quien, en 1871, consiguió encontrar a Livingstone en las orillas del citado lago, en la ciudad de Ujiji. En ese encuentro Stanley pronunció su famosa frase: "Doctor Livingstone, supongo".

Le hizo la siguiente curiosa alusión: “Stanley, yo he leído la Biblia cuatro veces mientras estaba esperando en Manyuena. Todo lo que soy lo debo a Cristo Jesús, revelado para mí en su Libro divino. ¡Oh, Stanley, Stanley, aquí está el manantial de la fuerza y del poder que transforman! “.

Ambos decidieron explorar conjuntamente Tanganica, hasta que un año después tomaron caminos diferentes.

ENFERMEDAD Y MUERTE

Livingstone prosiguió sus exploraciones hasta que murió el 1 de mayo de 1873, en Zambia a causa de la malaria y de una hemorragia interna producida por disentería. Su cadáver fue trasladado a Inglaterra y enterrado en la Abadía de Westminster, pero los africanos enterraron su corazón en África porque decían que su corazón estaba en África.

GERRAS DEL OPIO

Las Guerras del Opio, también conocidas como las Guerras Anglo-Chinas, fueron dos guerras que duraron de 1839 a 1842 y de 1856 a 1860 respectivamente, el punto culminante de los conflictos comerciales entre la China y el Reino Unido. El contrabando británico de opio de la India Británica hacia la China y los esfuerzos del gobierno chino para imponer sus leyes contra las drogas llevaron al conflicto. Francia luchó al lado de Gran Bretaña en la segunda guerra.

La derrota de la China en las dos guerras forzó al gobierno a tolerar el comercio del opio. El Reino Unido coaccionó al gobierno a firmar Tratados Desiguales, abriendo varios puertos al comercio exterior y entregándole Hong Kong a Gran Bretaña. Portugal siguió a Gran Bretaña y forzaron términos de intercambio desiguales para la China (Tratado de Nankín, cesión de Hong Kong a Gran Bretaña y ampliación de Macao para Portugal). Esta humillación por obra de potencias exteriores contribuyó a la Rebelión Taiping (1850–1864), la Rebelión Boxer (1899–1901), y la caída de la Dinastía Qing en 1911.


ANTECEDENTES

El comercio marítimo directo entre Europa y la China comenzó en el siglo XVI, después de que los portugueses establecieron la colonia de Goa en la India, y poco después la de Macao en el sur de la China. Después de la adquisición española de las Filipinas, el ritmo del intercambio entre la China y el Occidente se aceleró dramáticamente. Los galeones de Manila trajeron más plata a la China que la Ruta de la seda. El gobierno Qing intentó limitar el contacto con el mundo exterior a un mínimo. Los Qing sólo permitieron el comercio por el puerto de Cantón, que es ahora Guangzhou. Rigurosos trámites y monopolios autorizados fueron establecidos para restringir el flujo del comercio, teniendo como resultado altos precios de venta para los artículos importados y demanda limitada. España empezó a vender opio a los chinos, junto con productos del Nuevo Mundo tales como el tabaco y el maíz, para prevenir un déficit comercial. Con la implantación de las Compañías Británicas y Holandesa de Indias Orientales, el comercio con China se multiplicó.

A causa de la alta demanda de té, seda, y porcelana en Gran Bretaña y la baja demanda de mercancías británicas en China, Gran Bretaña tenía un gran déficit comercial con China y debía pagar estos artículos con plata. Gran Bretaña comenzó a exportar ilegalmente opio a la China desde la India Británica en el siglo XVIII para contrarrestar su déficit. El comercio del opio creció rápidamente, y el flujo de plata comenzó a reducirse. El Emperador Yongzheng prohibió la venta y la costumbre de fumar opio en 1729 a causa del gran número de adictos.

La disputa se desató debido al comercio del opio, el cual se veía desde ambos lados de maneras muy distintas. El emperador censuró el opio en la China debido al efecto negativo de éste en la población, los británicos en cambio, veían al opio como el mercado ideal que los ayudaría a compensar el gran comercio con la China. Estas guerras y los subsiguientes tratados firmados entre las potencias resultaron en que varios puertos de la China se abrieran para el comercio con Occidente que condujeron en parte a la caída de la economía china. Estas guerras se consideran como la primera guerra de drogas.

CANCIÓN DE ALFONSO XII

miércoles, 13 de enero de 2010

GUERRA DEL CATÓN

El 12 de julio de 1873 estalló la insurrección en Cartagena. Nació el Cantón de Cartagena, un ente de naturaleza nacional que mantuvo su independencia de la República durante seis meses. Surgió debido a la enérgica repulsa al régimen unitario de la Primera República y al envío de jovenes a las guerras coloniales que mantenía España, como la de Cuba de 1868.
Federales intransigentes tomaron el ayuntamiento y nombraron una junta revolucionaria, apoderándose del arsenal y del puerto, donde estaba estacionada la mayoría de la flota española, la cual se unió a la sublevación. El cantón de Cartagena, bien pertrechado gracias a las armas del arsenal y a la posesión de la flota, acuñó moneda propia y resistió los ataques de las tropas del gobierno. El líder del Cantón de Cartagena fue el murciano Antonete Gálvez, militar progresista de origen humilde que entonces era diputado a Cortes por la provincia de Murcia.

La respuesta de Madrid a esta sublevación fue una masacre, el gobierno central mandó sus mejores generales con sus muy bien armadas tropas a tomar Cartagena, llegando a lanzar sobre la amurallada ciudad 1.200 proyectiles al día. Como consecuencia, miles de muertos caen sobre las calles y sólo 27 edificios quedaron ilesos en toda la ciudad. El 12 de enero de 1874, el general López Domínguez consigió la rendición de la plaza.

ASESINATO DE PRIM




Juan Prim y Prats (Reus, 16 de diciembre de 1814 - Madrid, 30 de diciembre de 1870), conde de Reus y vizconde del Bruch, fue un militar y político progresista del siglo XIX que llegó a ser Presidente del Consejo de Ministros de España. En su vida militar participó en la Primera Guerra Carlista y en la Guerra de África, donde mostró relevantes dotes de valor y temeridad. Tras la Revolución de 1868 se convirtió en uno de los hombres más influyentes en la España del momento, patrocinando la entronización de la Casa de Saboya en la persona de Amadeo I. Murió asesinado poco después.


El General Prim, murió asesinado el 30 de Diciembre de 1870, poco después de la llegada del nuevo rey, Amadeo I, a España, a causa de las heridas infectadas que le causó un atentado que sufrió tres días antes.

SALIDA DEL PARLAMENTO


El 27 de diciembre de 1870 todo estaba preparado en España para la inminente llegada de Amadeo I. En el Parlamento, el general Juan Prim y Prats, de 56 años, presidente del Consejo de Ministros y ministro de la Guerra, capitán general de los Ejércitos, marqués de los Castillejos y conde de Reus, acababa de conseguir la aprobación de las últimas propuestas relacionadas con la Casa Real. Tan sólo le quedaba por hacer en el palacio de las Cortes, y tenía que preparar el viaje a Cartagena, al día siguiente, para recibir al monarca.

Eran alrededor de las 19,30 y caía una espesa nevada. El general se despidió con cortesía de diputados y ministros, cruzó unas tensas palabras con el líder de los republicanos y se dirigió a su coche, una berlina verde de cuatro ruedas tirada por dos caballos que le aguardaba en la puerta del Congreso, con los cristales cerrados para proteger el interior del frío y la tormenta de nieve. El cochero puso en marcha el vehículo en cuanto subieron el general y sus acompañantes: el coronel Moya, que se sentó en la delantera, y su ayudante personal, Nandín, que se acomodó a su lado, en el asiento trasero.

La berlina emprendió la ruta habitual, por la calle del Turco (hoy Marqués de Cubas), hacia el Ministerio de la Guerra (Palacio de Buenavista), donde estaba la residencia presidencial.

EL ATENTADO



Al llegar a la calle del Turco –que habría de convertirse en la calle de Prim por los hechos a suceder– el cochero observó que había dos carruajes de caballos atravesados en el angosto camino. Tuvo que detener la berlina en medio de la densa nevada. Un segundo después el coronel Moya se asomó a la portezuela para tratar de arreglar la situación y contempló con alarma cómo tres individuos vestidos con blusas, sin duda alertados de la llegada de Prim, se dirigían hacia el coche armados con lo que le parecieron carabinas o retacos, aunque uno de ellos llevaba con seguridad una pistola. No tuvo tiempo nada más que para decir: “Bájese usted, mi general, que nos hacen fuego”.

Sus palabras quedaron interrumpidas por el ruido de las detonaciones, al menos tres por el lado izquierdo y otras dos por el derecho. Los cristales se quebraron y uno de los asesinos consiguió meter en el interior de la berlina el cañón del arma que portaba; tan cerca del general Prim que la cara de éste quedó tatuada por los granos de pólvora. Su ayudante, Nandín, en un movimiento desesperado, trató de protegerlo interponiendo su brazo. Las balas le destrozaron la mano, y quedaron esparcidos esquirlas y pedazos de carne abrasada.

La agresión duró sólo unos segundos, apenas los mismos que el cochero tardó en reaccionar, golpeando con su látigo casi por igual a los agresores y a los caballos hasta romper el cerco y huir hacia la calle Alcalá.

Se dirigieron a toda prisa hacia el Ministerio de la Guerra. Al llegar a palacio los dos heridos descendieron de la berlina, ayudados por Moya y el cochero. El general subió por su propio pie la escalerilla del ministerio, apoyándose en la barandilla con la mano afectada y dejando en el suelo un reguero de sangre. Al encontrarse con su esposa forzó un gesto tranquilizador para decirle que sus heridas no revestían gravedad.

Cuando llegaron los médicos apreciaron rápidamente los destrozos en los dedos de la mano derecha, de tal envergadura que fue preciso amputar de inmediato la primera falange del anular, quedando en peligro de amputación el índice. Aunque lo más preocupante era el “trabucazo” que el general presentaba en el hombro izquierdo. Le había sepultado al menos ocho balas en la carne. Los cuidados médicos se prolongaron hasta la madrugada. A las dos de la mañana se le habían extraído siete balas.

Nandín, el ayudante, fue trasladado a la casa de socorro más cercana, donde se le diagnosticó que perdería el movimiento de la mano, que le quedaría seca e inservible; pero quizá –le dijeron– no tendrían que amputársela. Entre tanto, las noticias difundidas mentían sobre la gravedad de las lesiones: se quería que fuesen tranquilizadoras, en un momento en que era preciso mantener la calma en el Estado. Aún cuando las heridas no eran demasiado graves, el hecho que se infectaran le provocó la muerte tres días después.

Algunos indicios señalan al duque de Montpensier y al regente general Serrano como instigadores y al republicano José Paúl y Angulo como ejecutor con otros nueve hombres. El estudio del abogado reusense Antonio Pedrol Rius aclaró en 1960 el misterio de su asesinato en cuanto a autores materiales (Paúl y Angulo y otros), pero en cuanto a los instigadores nada puede demostrarse sin duda razonable, pues los indicios sobre Montpensier y Serrano se basan en que los asesinos fueron reclutados por sus hombres de confianza, pero no en pruebas directas.

martes, 12 de enero de 2010

CUADROS DE GOYA











martes, 5 de enero de 2010

GOYA - MAMELUCOS



CUBA - INTERNET BAJO VIGILANCIA POR EL ESTADO

Internet en Cuba aparece como un fenómeno limitado y estrechamente vigilado, con el acceso sometido a autorización y el racionamiento de los equipos necesarios.

El desarrollo de la red informática y de los recursos de Internet se presentó como una prioridad nacional en Cuba. El Ministro de Informática y Comunicaciones, Roberto Ignacio González Planas anunció, en octubre de 2002, en el diario oficial Granma Internacional, que en la isla se había triplicado el número de ordenadores en dos años, y que la fibra óptica enlazaba La Habana con

Sin embargo, las restricciones materiales continúan siendo el principal obstáculo para una extensión de la Red al gran público. Por una parte, la densidad telefónica no pasa de cuatro líneas por cada cien habitantes. Por otra, el coste prohibitivo de las comunicaciones telefónicas internacionales (dos dólares por minuto, a Estados Unidos) y la escasez de líneas internacionales, concedidas con criterios políticos y estrechamente vigiladas, impiden cualquier conexión a través de un proveedor de acceso situado en el extranjero. Luis Fernández, portavoz de la Sección de Intereses Cubanos en Washington, se refiere al embargo para justificar el racionamiento de materiales: "Si no tuviéramos que hacerle frente, habría ordenadores para todo el mundo".

Una explicación que omite el hecho de que los equipos necesarios, incluidos los más recientes, solo están disponibles en los almacenes especializados del Estado, a los que únicamente pueden acceder las personas autorizadas. Y que olvida igualmente que un decreto del Ministerio de Comercio Interior prohibe, desde enero de 2002, la venta a particulares, en los almacenes del Estado, "de ordenadores, impresoras, policopiadoras, fotocopiadoras y todos los demás instrumentos de impresión masiva". Si se considera indispensable una compra del género, debe solicitarse una autorización al Ministerio de Comercio Interior. Antes de esa fecha ya estaba prohibida la venta de modems al público. En esas condiciones, Internet aparecía en Cuba como un fenómeno limitado, mientras que las empresas informáticas cubanas demuestran un perfecto dominio de esta nueva tecnología.

Prioridad a las instituciones

El gobierno ha legislado desde la aparición de Internet en la isla. En junio de 1996, el decreto-ley 209, titulado "Acceso desde la República de Cuba a la red informática global", precisa que no se puede utilizar "violando los principios morales de la sociedad cubana y los textos legales del país", y que los mensajes electrónicos no deben "comprometer la seguridad nacional".

Para conseguir la acreditación obligatoria, los cubanos que quieren disponer de un acceso a Internet, o utilizar los puntos de acceso abiertos al público, tienen que dar una "razón válida" y firmar un contrato de utilización, con cláusulas restrictivas. Según el decreto-ley 209, el acceso se concede "en virtud de reglamentos que dan prioridad a las entidades e instituciones que pueden contribuir a la vida y el desarrollo de la nación". Pueden conseguirlo, a ese título, al margen de las embajadas y sociedades extranjeras, las personalidades políticas, los altos funcionarios, intelectuales, profesores universitarios, investigadores y periodistas oficiales, los ejecutivos de empresas culturales dedicadas a la exportación o de empresas de informática, así como la jerarquía católica. Las sociedades cubanas exportadoras tienen acceso a la mensajería electrónica nacional y al Intranet nacional.

El 13 de enero de 2000 se creó un Ministerio de Informática y Comunicaciones para "regular, dirigir, supervisar y controlar la política cubana en materia de tecnologías de la comunicación, la informática, las telecomunicaciones, las redes informáticas, la radiodifusión, el espectro radioeléctrico, los servicios postales y la industria electrónica".

En Granma Internacional del 18 de junio de 2001, Beatriz Alonso, directora general de Citmatel, uno de los dos servidores de la isla, explicaba: "La utilización de Internet por nuestras instituciones es una posibilidad de acceder a la información necesaria en el mundo de hoy. No existen sitios de pornografía, de terrorismo ni de otros vicios que proliferan en las naciones capitalistas, entre las que Estados Unidos ocupa un lugar de excepción. El uso de Internet en Cuba se ha establecido sobre una base de ética y de humanismo. Existe un código ético para la utilización de la Red de redes. Favorecemos el intercambio de información para nuestros profesionales y técnicos, damos a conocer el desarrollo alcanzado por Cuba y proporcionamos fuentes de conocimiento a nuestros alumnos y estudiantes".

Los dos servidores de la isla son Citmatel del CenaInternet, rama del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente cubano, e Infocom, rama de la sociedad mixta italo-cubana Etecsa (Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, S.A.).

Los e-mails estrechamente vigilados

Ha nacido un mercado negro de direcciones e-mails, del que disfrutan los pocos cubanos que disponen de un ordenador. El 1 de enero de 2001, en el Ministerio de Informática y Comunicaciones se creó una Agencia de Control y Supervisión (ACS) que, entre otras cosas, se encarga de acorralar a quienes hacen "un uso indebido de las redes informáticas". Su director, Carlos Martínez Albuerne, citado en un artículo del diario Granma, publicado el 23 de abril de 2003, cuenta que en 2002 se adoptaron sanciones contra treinta y una personas, por ese motivo o "que utilizaban cuentas de correos que no les pertenecían". El artículo no precisaba las "sanciones" impuestas.

En materia de correo electrónico, respetar la legalidad equivale a aceptar ser vigilado. Desde septiembre de 2001, en los puntos de acceso Etecsa, los cubanos pueden acceder a un servicio de correo electrónico nacional sin conectarse con la Web, tras haber obtenido una dirección de e-mail personal. Una tarjeta de acceso limitado al servicio cuesta cinco euros, para un uso de cuatro horas (téngase en cuenta que el salario mensual medio de un cubano está en torno a los diez euros). Las tarjetas son nominales. El comprador tiene que justificar su identidad, rellenar un formulario detallado, y sus datos quedan registrados. Así, el proveedor de acceso puede controlar cualquier correo recibido o enviado, antes de emitirlo e enviarlo a su destinatario. Varios usuarios han advertido retrasos, incluso "desapariciones", en su correspondencia, especialmente con el extranjero.

Vicenç Sanclemente, ex corresponsal en La Habana del canal de televisión española TVE, cuenta que en 1999, preocupado porque no recibía correos electrónicos en el ordenador de su oficina cuando esperaba un mensaje importante de la República Dominicana, se dirigió al técnico del Ministerio de Comunicaciones que le abrió su cuenta de Internet, creyendo que se trataba de un problema técnico. La respuesta fue: "Hace dias que no abres el computer de tu casa. Alli tienes los tres correos de Republica Dominicana, y tambien el de Montse y el de Margaret desde Barcelona".

Los cubanos también tienen reducido el acceso a los cibercafés. Los extranjeros de paso, previa presentación de su pasaporte, pueden acceder a dos cibercafés en La Habana, y prácticamente la totalidad de los grandes hoteles de la capital está equipada con un centro de Internet. Etecsa multiplica igualmente, en La Habana y en las metrópolis provinciales, puntos de acceso telefónico y de Internet, abiertos a los extranjeros y a los cubanos titulares de las indispensables autorizaciones. Navegar por la Web es libre a partir de esos puntos de acceso, incluso en los sitios extranjeros, a pesar de que los proveedores de acceso tienen la posibilidad técnica, que ejercen puntualmente, de censurar el acceso a determinados sitios, o a ciertas direcciones.

Pero las tarifas son prohibitivas: la conexión cuesta como mínimo dos euros cada cuarto de hora. A título comparativo, los cibercafés mexicanos o dominicanos ofrecen sus conexiones (de alta velocidad) a dos dólares la hora. Por eso es muy reducida la frecuentación de los puntos de acceso a Internet. Por otra parte, el estado de las conexiones es correcto, a través de modem telefónico.

Los miembros de la Unión Nacional de Escritores y Artistas (UNEAC) disponen de su propio cibercafé, El Aleph, en el Instituto del Libro de La Habana, con acceso a su mensajería y a una red intranet nacional, que difunde las páginas Web oficiales. A través de las organizaciones de la juventud, el gobierno quiere crear 300 clubs de Internet en todo el país, y multiplica los cursos de formación elemental y de perfeccionamiento. Cuando están conectados, los ordenador de esos centros tienen un acceso limitado a los sitios oficiales.

Una ventana de libertad...

En Cuba, Internet abre una ventana de libertad, a pesar de estar muy controlado. Así, los periodistas independientes que ejercen en el país han visto como se ampliaban sus salidas. La creación en el extranjero (especialmente en Miami) de sitios de Internet y páginas Web que acogen las noticias que transmiten por teléfono o telecopiadora, ha ampliado el campo de difusión de la información, que no siempre pueden publicar en su propio país. Ahora su producción se encuentra archivada y es accesible en el mundo entero, mientras que antes solo circulaba en las ondas de Radio Martí (emisora federal norteamericana que emite desde territorio estadounidense), poco audibles en el territorio nacional y, por esencia, efímeras.

Y de esta forma, se han conocido inmediatamente fuera del país acontecimientos tales como la detención de un opositor, un cambio de talante en la población o una iniciativa de organización de la sociedad civil que, en otras épocas, se ignoraban en el extranjero, al menos durante algún tiempo. Los medios de comunicación internacionales cada vez reproducen más las noticias que proceden de los periodistas independientes; un índice que prueba su credibilidad y su creciente profesionalidad.

Por otra parte la difusión, aunque muy restringida, de las noticias tecnológicas y del acceso a Internet, ha generado un pequeño mercado negro de la Web, todavía marginal pero ya organizado. Algunos de los que tienen derecho alquilan sus login y contraseñas, por una cantidad en torno a los 60 dólares mensuales (equivalente a seis meses de salario medio). Otros, acogen a los internautas en su propio punto de acceso, y facturan el tiempo de conexión. El personal y los anfitriones de los puntos de acceso Etecsa, que conocen la contraseña para conectar a turistas y a quienes tengan derecho, conceden de buen grado una sesión de navegación a sus amigos y relaciones, en algunos casos previo pago. Finalmente, corre el rumor de que algunos internautas han introducido en la isla parabólicas y modems, que les permiten recurrir al servicio de proveedores de acceso norteamericanos por satélite (como Starband o DirecPC), y pagan la cuota a través de sus relaciones en Estados Unidos (del orden de 500 dólares la cuota de entrada, y 100 dólares al mes).

...estrechamente vigilada

José Orlando González Bridón, secretario general de la Confederación de Trabajadores Democráticos de Cuba (CTDC, ilegal), detenido el 15 de diciembre de 2000, fue el primer miembro de la oposición condenado a una pena de cárcel, por un artículo publicado en Internet. En él, aparecido el5 de agosto de 2000 en el sitio Cuba Free Press (cubafreepress.org), con sede en Florida (Estados Unidos), cuestionaba la responsabilidad de la policía en la muerte de Joanna González Herrera, coordinadora nacional de la CTDC. También pasó la información a una radio con sede en Miami, calificada de "subversiva" en el acta de acusación.

José Orlando González Bridón salió en libertad el 22 de noviembre de 2001. Se benefició de una libertad condicional, tres semanas antes de finalizar su condena. Las autoridades penitenciarias le explicaron que le ponían en libertad por "buena conducta". Por su parte, el sindicalista atribuye su liberación a la voluntad de las autoridades de hacer un gesto mientras se celebraba, los días 23 y 24 de noviembre, la Cumbre Iberoamericana, en Lima (Perú), que reunía a veintitrés jefes de Estado de América Latina, España y Portugal. Su liberación se produjo igualmente una semana antes de la reunión, prevista en La Habana, para relanzar el diálogo político entre la Unión Europea (UE) y Cuba. Desde 1996, la UE subordina "una cooperación plena con Cuba (...) a la mejora de la situación en materia de derechos humanos y libertades políticas". Cuba deseaba entonces adherirse a los Acuerdos de Cotonú, con los que los Quince ayudan a los países ACP (Africa-Caribe-Pacífico).

Encarcelado en la prisión de Combinado del Este, situada en la provincia de La Habana, el sindicalista cuenta que estuvo recluído, desde diciembre de 2000 hasta octubre de 2001, en una "celda de castigo", habitualmente destinada a los presos más duros, para estancias no superiores a veintiún días. Durante aquellos diez meses estuvo privado de contacto con cualquier otro detenido y, como único mueble, solo dispuso de una cama que le llevaban a las seis de la tarde y le retiraban a las seis de la mañana. Su mujer, María Esther Valdés, solo podía visitarle cada tres semanas. Durante su detención, las autoridades se negaron a darle el régimen alimenticio especial que requerían sus problemas de tensión arterial. Sin embargo, el sindicalista cuenta que su estado de salud fue casi satisfactorio.

Afirma haber presenciado escenas de malos tratos a algunos presos. Denuncia también la corrupción en el establecimiento. Según el sindicalista, algunos guardianes reciben dinero de los detenidos que quieren mejorar sus condiciones, o comprar droga.

El proceso de José Orlando González Bridón se celebró el 24 de mayo de 2001, tras haberse aplazado en varias ocasiones. Solo su familia pudo asistir a la vista; un importante dispositivo de seguridad impidió a la prensa extranjera, y a los opositores, el acceso a la sala. Según personas cercanas al sindicalista, los lugares destinados al público estaban ocupados por miembros de las fuerzas del orden. El 2 de junio de 2001, en primera instancia, José Orlando González Bridón fue condenado a dos años de cárcel, por "difusión de noticias falsas que comprometen el prestigio y el crédito del Estado cubano" con "manifiesta intención de colaborar con una potencia extranjera". El 21 de agosto, en apelación, los cargos fueron recalificados como "difamación de las instituciones, organizaciones, héroes y mártires", y la condena se redujo a un año de cárcel. Según sus allegados, las autoridades utilizaron como pretexto el artículo publicado en Internet, para castigar el conjunto de sus actividades contra el gobierno.

JUAN DE ARRIAGA




Juan Crisóstomo Jacobo Antonio de Arriaga y Balzola (27 de enero de 1806 - 17 de enero de 1826) fue un compositor español.Murio a las 20 años de tuberculosis.

Nació en España,Bilbao, en su casa del n.° 51 de la calle Somera (actual n.° 12). Fue bautizado el mismo día en la parroquia de los Santos Juanes. Era el octavo hijo, aunque tres habían muerto ya cuando él nació. Allí su padre, Juan Simón de Arriaga, organista en Berriatúa, le enseñó los fundamentos de la música. Su talento le lleva a convertirse en alumno de Faustino Sanz, renombrado violinista. A los 11 años ya compone y representa obras en las sociedades musicales de Bilbao, hasta el punto de que con posterioridad fue llamado «el Mozart español» y «el Mozart vasco».

A los 15 años su padre decide que continúe su formación en el Conservatorio de París, donde estudia violín con Pierre Baillot, armonía con François-Joseph Fétis y contrapunto con Luigi Cherubini. En dicho conservatorio fue nombrado profesor auxiliar de Fetís en 1824. Murió en París con 19 años, a consecuencia de una enfermedad pulmonar.

REPERCUCION TRAS SU MUERTE

Su obra, de la cual sólo se habían editado los cuartetos, cayó en el olvido hasta que a finales del siglo XIX, dentro del movimiento del nacionalismo musical vasco, se convirtió en un mito más por su inmenso potencial que por sus obras terminadas. En su nativa Bilbao se construyó un teatro que lleva su nombre (Teatro Arriaga) y se levantó un monumento en su honor.

Su música se puede relacionar con Haydn y con el primer Beethoven. Tras su muerte, con algunos informes de Fétis como único material biográfico confiable, la historia de la vida de Arriaga fue mitificada y se le quisieron encontrar semejanzas con Mozart, tales como que nació exactamente 50 años después y llevó el mismo nombre (Juan Crisóstomo, como Johannes Chrysostomus Wolfgangus), aunque la coincidencia no es extraña, ya que por esa época se solía bautizar a los niños con el nombre del santo del día de su nacimiento; una de las festividades de San Juan Crisóstomo se celebraba el 27 de enero. También se le encontró una pareja precocidad, pues tocaba el violín a los 3 años y compuso su primera ópera a los 13.

OBRA

De su producción sinfónica se han conservado las Oberturas Op. 1, Op. 20 y la Obertura para su ópera en dos actos Los esclavos felices, cuyo libreto escribió el célebre dramaturgo Luciano Francisco Comella. Aunque se compuso entera, es todo lo que ha quedado de ella. Su catálogo orquestal se completa con la Sinfonía en Re mayor.

Sin duda la obra más famosa de Arriaga son los tres cuartetos de cuerda, única obra que vio publicada en vida.

Otra parte importante de su producción es la obra para voz y orquesta que también comprende arias, cantatas y música religiosa, entre la que destaca su Stabat Mater para dos tenores bajos y orquesta.

Escribió asimismo algunas pequeñas piezas y estudios para piano y para violín.

Obra religiosa

Audi benigne
Misa a cuatro voces (perdida)
Salve Regina (perdida)
Et vitam ventura, fuga para ocho voces (perdida)
Stabat Mater, motete para dos tenores, bajo y orquesta (1822)
O salutaris Hostia, motete para dos tenores, bajo y orquesta de cuerda (1823)
Stabat Mater, para dos tenores, bajo y orquesta

Obra instrumental

Nada y mucho, Op. 1, (octeto) (1817)
Obertura nonetto, para pequeña orquesta, Op. 2 (1818)
Patria, himno para coro y orquesta, Op. 3 (1819)
Cántabros nobles, himno para coro y orquesta, Op. 4 (1819)
Marcha militar, para banda (1819)
Romanza para pianoforte (1819)
Tema variado en cuarteto, Op. 17 (1820)
Obertura para orquesta en Re Mayor, Op. 20 (1821)
Variaciones sobre el tema de "La húngara" para violín con acompañamiento de bajo ad libitum, Op. 22 (1821)
Variaciones sobre el tema de "La húngara" para cuarteto de cuerda, Op. 23 (1822)
Tres estudios o caprichos para piano (1822)
Tres cuartetos (1823)
-Cuarteto de cuerda nº 1 en Re menor
-Cuarteto de cuerda nº 2 en La Mayor
-Cuarteto de cuerda nº 3 en Mi bemol Mayor
Sinfonía en Re para gran orquesta (c. 1824)

Obras vocales y dramáticas

-Edipo, aria para tenor y orquesta. Escena lírico-dramática (c. 1825)
-Erminia, cantata lírico-dramática para soprano y orquesta, basada en un episodio del poema Jerusalén liberada de Torquato Tasso (c. 1825)
-Los esclavos felices, ópera en dos actos (1820)
-Ma tante aurore, dúo para tenor, bajo y orquesta. Escena lírico-jocosa (c. 1825)
-Medea, aria para soprano y orquesta. Escena lírico-dramática (c. 1825)
-Agar en el desierto, cantata lírico-dramática para soprano, tenor y orquesta (1825-1826)


ISABEL II DE ESPAÑA



Isabel II de Borbón, (Madrid, 10 de octubre de 1830 – París, 9 de abril de 1904),[1] fue Reina de España entre 1833 y 1868, tras la derogación de la Ley Sálica por medio de la Pragmática Sanción, lo que provocó la insurgencia del infante Carlos, apoyado por los grupos absolutistas (los carlistas) que ya habían intentado proclamarle rey en la agonía de Fernando VII.

Biografía

Nacida María Isabel Luisa, era hija de Fernando VII y de su cuarta esposa, su sobrina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias. Isabel asumió el trono de España el 29 de septiembre de 1833 después de la muerte de su padre, cuando ella tenía menos de tres años de edad. Su nacimiento y posterior ascensión al trono provocó el inicio de un largo conflicto, pues su tío, Carlos María Isidro de Borbón, hasta entonces primero en la sucesión a la corona, no aceptó el que Isabel fuese nombrada primero Princesa de Asturias y luego Reina.

Durante los primeros años de su reinado, mientras Isabel era una niña, la regencia fue asumida por su madre hasta 1840. En ese periodo tuvo lugar la Primera Guerra Carlista (1833 – 1840). Desde 1840 y hasta 1843 fue Regente el general Espartero, que finalmente fue obligado a abandonar el cargo.

Con trece años, Isabel fue declarada mayor de edad. Cuando la Reina tenía 16 años, el Gobierno arregló un matrimonio con su primo el infante don Francisco de Asís de Borbón, duque de Cádiz.

La boda de la Reina fue una cuestión nacional e internacional, ya que los diferentes países europeos maniobraron para que la nacionalidad del nuevo Rey no perjudicase sus alianzas e intereses. Finalmente se optó por Francisco de Asís, ya que les pareció un hombre apocado y de poco carácter, que no iba a interferir en política.

Tal y como relató a León y Castillo (embajador de España en París) durante su exilio parisino, Isabel II odiaba a su primo y marido Francisco, quien según diversos autores era bisexual u homosexual. La misma Reina comentó lo que pensó sobre Francisco de Asís en la noche de bodas: «¿Qué pensarías tú de un hombre que la noche de bodas tenía sobre su cuerpo más puntillas que yo?».[cita requerida]

De todos modos, en el curso de su matrimonio la reina sería madre en varias ocasiones, naciendo:

-Fernando de Borbón y Borbón (1850)
-Isabel de Borbón y Borbón (1851-1931), condesa de Girgenti con Cayetano de Borbón--Dos Sicilias
-María Cristina de Borbón y Borbón (1854)
-Alfonso de Borbón, príncipe de Asturias (1857-1885), después rey Alfonso XII
-María de la Concepcion de Borbón y Borbón (1859–1861)
-María del Pilar de Borbón y Borbón (1861–1879)
-María de la Paz de Borbón y Borbón (1862–1946), casada con Luis Fernando de Baviera
-Francisco de Asis de Borbón y Borbón (1863)
-María Eulalia de Borbón y Borbón (1864–1958), duquesa de Galliera casada con Antonio de Orleans y Borbón

La «Reina de los tristes destinos», como también ha sido llamada, se exilió en Francia en 1868, tras el triunfo de la revolución conocida como «La Gloriosa», y allí abdicó en favor de su hijo Alfonso XII el 25 de junio de 1870. Con el apoyo de varios grupos en el gobierno, Amadeo de Saboya, miembro de la familia real italiana, fue elegido su sucesor como el rey Amadeo I de España. Era hijo de Víctor Manuel II Rey de Piamonte-Cerdeña, de la Casa de Saboya, y de María Adelaida de Austria (bisnieta de Carlos III de España).

Isabel II vivió el resto de su vida en Francia, allí fue testigo de la Primera República, del reinado y muerte de su hijo Alfonso XII en 1885, y del inicio del reinado de su nieto Alfonso XIII tras la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena. Fue enterrada en el Monasterio de El Escorial frente a su esposo, muerto en 1902, dos años antes que Isabel.

REINADO

Isabel II reinó durante un período de transición en España en el que la monarquía cedió más poder político al parlamento, pero puso continuas trabas a la participación de los ciudadanos. En el terreno de la lucha por las libertades democráticas su reinado es la historia de un fracaso; es también la del falseamiento de las instituciones y la de la corrupción electoral. Ningún partido que hubiera organizado unas elecciones las perdió en ese periodo. Si hubo cambios fue por la interferencia de una casta militar que cambiaba gobiernos a base de pronunciamientos o golpes de estado de uno u otro signo.

Fácilmente manipulada por sus ministros y por la «camarilla» religiosa de la corte (el padre Claret, sor Patrocinio), la reina interfería con frecuencia en la política de la nación (en una ocasión llegó a postularse como presidenta del gobierno), lo que la hizo impopular entre los políticos y acabó por causar su final al dar paso a la Revolución de 1868. A ello contribuyeron sobre todo episodios como el de la noche de San Daniel (10 de abril de 1865): en momentos de enorme crisis económica, la reina, cuya generosidad personal está fuera de toda polémica, dispone que se enajenen bienes del real patrimonio para socorro de la nación; el líder republicano Castelar, en el artículo periodístico titulado El rasgo, declaraba que en realidad Isabel II, agobiada por las deudas, se reservaba un 25% del producto de la venta de unos bienes que, en su mayor parte, no eran suyos, sino de la nación; el gobierno ordenó la destitución y expulsión de Castelar como profesor universitario, lo que provocó asimismo la dimisión del rector de la Universidad Central; las manifestaciones estudiantiles en apoyo de los dimitidos culminaron el 10 de abril con la guardia civil veterana en la calle: 11 muertos y 193 heridos (incluyendo ancianos, mujeres y niños transeúntes).

En su época se modernizó notablemente España con el tendido de muchas líneas de ferrocarril, siendo la primera la que conectaba Mataró - Barcelona. Sin embargo, la creación de la red ferroviaria sirvió a muchos personajes de la clase dominante para enriquecerse: la madre de la reina, María Cristina, o el banquero Salamanca, por ejemplo, que no sólo obtuvo con la aquiescencia de la Corona y el Parlamento toda una serie de concesiones (129 millones de subvención en 1853–1854), sino que, al propio tiempo, vendió al gobierno la línea Madrid-Aranjuez por más de 60 millones y la volvió a recibir de éste en arrendamiento, sin licitación previa, por un millón y medio al año, que nunca llegó a pagar. La fiebre especuladora tenía poco que ver con la realidad del país. El balance de lo realizado hasta 1856 se reducía a la línea Barcelona-Mataró (1848), la de Madrid-Aranjuez (un negocio privado de Salamanca), la de Sama-Langreo (un negocio privado del marido de María Cristina) y la de Valencia-Játiva. Además, no se adoptó el ancho de vía europeo y se abandonó la adecuación de una red de caminos que facilitase el acceso a las estaciones, lo que, sumado a las elevadas tarifas del transporte ferroviario, condujo muy pronto a las pérdidas en el negocio. Se llevaron a cabo también importantes obras hidráulicas como el Canal de Isabel II, impulsado por los ministros Juan Bravo Murillo y Manuel Alonso Martínez.

Isabel II reabrió las Universidades cerradas por su padre, pero el panorama educativo de su reinado es desolador: en 1855 había en España 6.000 pueblos sin escuela, en 1858 existían sólo 53 institutos de segunda enseñanza, con unos diez mil estudiantes (cinco veces menos que en Francia, con el doble de población), y había sólo 6.104 alumnos en las diez universidades españolas (Oviedo y Salamanca tenían cien en sus cuatro facultades). Más de la mitad (3.472) estudiaba Derecho. Los equipamientos culturales eran muy pobres: en 1859 había en España 56 bibliotecas públicas, el único punto de acceso al libro de la mayoría de sus habitantes. La de Bilbao disponía sólo de 854 volúmenes impresos; la de Santander, de 610; la de Segovia, de 194; la de Huelva, de 60. Las únicas mejoras que se intentaron en la enseñanza, como las del grupo de docentes formado en torno a Sanz del Río, inspiradas en el krausismo, no fueron toleradas: la reacción neocatólica que supuso el Syllabus de Pío IX llevó al ministro Orovio (1867) a poner trabas a la libertad de cátedra y a exigir manifestaciones de adhesión a la reina que acabaron con la expulsión de la universidad de esos profesores.

La industrialización se llevó a cabo en un país desarticulado, donde el desarrollo se daba sobre todo en la periferia (Cataluña, Málaga, Sevilla, Valladolid, Béjar, Alcoy) por obra de grupos de empresarios sin capacidad para influir en la actuación de unos dirigentes que no sólo no los apoyaban, sino que los veían con desconfianza. También se llevó a cabo un ambicioso proyecto de modernización de la Armada que la convirtió en la cuarta más poderosa de la época.

La política exterior del reinado de Isabel II fue especialmente agitada durante el «gobierno largo» de la Unión Liberal (1858–1863), con la anexión de territorios marroquíes en la Guerra de África, tales como Ifni y Tetuán, el reconocimiento de la posesión de la Guinea Española, la expedición y conquista de Saigón (aunque no reconocida posteriormente por los franceses, que también participaron), la breve readquisición de Santo Domingo (que volvió a separarse de España por la ineficacia de la administración) y el mantenimiento de Cuba, Filipinas, las Carolinas y las Marianas, además de hacer expediciones a México, Perú o Chile. Con la «Guerra de África», como se llamó a la respuesta armada a los ataques sufridos por las ciudades españolas de Ceuta y Melilla por parte de Marruecos, O'Donnell tranquilizó a unos jefes militares inquietos con una abundante cosecha de recompensas (ascensos, condecoraciones, títulos nobiliarios, etc.).

El ejército español estaba mal equipado y peor preparado (escasa instrucción, material defectuoso), y fue abastecido con alimentos en mal estado; de los cerca de 8.000 muertos españoles en la guerra, unos 5.000 fueron víctimas del cólera y otras enfermedades; por último, quienes dirigían las operaciones desconocían el terreno y acumularon los errores, como el de escoger la estación de lluvias y vientos como comienzo del ataque, pese a lo cual la victoria fue para las armas españolas. En la Guerra de Cochinchina, España participó en una aventura colonial ajena, aportando la carne de cañón (soldados filipinos) para que los franceses iniciaran su penetración en Indochina; en el tratado de paz, Francia obtuvo en pleno dominio y soberanía tres provincias (entre ellas Saigón), y los españoles, que aspiraban a la concesión de un puerto para el envío a Cuba de culís chinos en régimen de semiesclavitud, sólo recibieron algunos derechos comerciales menores.

 
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