El sistema cuenta con una tecnología muy sencilla. Al quemar de forma parcial madera, carbón, o incluso acetileno, se generan diversos gases, entre ellos monóxido de carbono, un gas que dispone de cierto poder calorífico, y con una pequeña modificación en los motores de gasolina permitía mover el vehículo.
La difícil situación en la que se encontraba nuestro país al final de la Guerra Civil, con una gran escasez de combustible debida en gran medida al inmediato estallido de la Segunda Guerra Mundial, hizo que durante toda la década de los años cuarenta se modificaran infinidad de vehículos para circular con este sistema: desde autocares, hasta automóviles, camiones e incluso tractores y alguna motocicleta. En los camiones y autocares las calderas y depósitos se acoplaban mejor, por su mayor espacio disponible, aunque en algunos automóviles todo el sistema se instalaba en un remolque. Lo asequible de la tecnología hizo que cientos de talleres se dedicaran a fabricar este tipo de artilugios, un ámbito en el que participaron desde pequeños talleres locales hasta grandes marcas como las filiales españolas de Ford, Renault o Michelín.
Incluso el ejército transformó un buen número de camiones y cuenta la leyenda que en uno de los primeros Desfiles de la Victoria el propio Franco apareció a bordo de un gran coche estadounidense con un remolque en el que se montaba un sistema de gasógeno, aunque las malas lenguas dicen que el potente V8 funcionaba con gasolina y el remolque formaba tan sólo parte de un acto propagandístico.
COCHES DE GASÓGENO
Publicado por Daniel en 8:45
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