LUIS XVII



Luis XVII de Francia (Palacio de Versalles, 27 de marzo de 1785 – Prisión del Temple, París, 8 de junio de 1795) también conocido como Duque de Normandía (1785–1789), Delfín del Viennois (1789–1791), y Príncipe real de Francia (1791–1793), fue Rey titular de Francia entre 1793 y 1795.

El segundo hijo varón de Luis XVI y María Antonieta, nació en Versalles en 1785. Yolande de Polastron, duquesa de Polignac, fue designada como aya de los infantes de Francia, incluido el futuro Luis XVII y la princesa María Teresa de Francia. Agathe de Rambaud fue elegida por la reina para cuidar a los infantes de Francia, Berceuse del duque de Normandía que se convirtió en delfín de Francia y heredero de la corona, en 1789, a la muerte de su hermano mayor, Luis José Javier Francisco, delfín de Francia.

Alain Decaux escribió: «la sra. de Rambaud era oficialmente responsable del cuidado de Delfín de Francia, del día de su nacimiento hasta, es decir durante siete años. Durante estos siete años, no lo dejó, lo meció, se ocupó de él, lo vistió, lo confortó, lo tronó. Diez veces, cien veces más que María Antonieta, fue para él, una verdadera madre».[1] Su amiga, Louise Elisabeth, marquesa de Tourzel, fue la última aya de los niños reales del Rey Luis XVI de Francia y de su esposa María Antonieta.

En 1792 fue encarcelado con sus padres, su hermana María Teresa de Francia y su tía la princesa Isabel en la prisión del Temple en París.

Al ser guillotinado su padre el 21 de enero de 1793, los monárquicos lo proclamaron rey de Francia con el nombre de Luis XVII.

En el proceso que se inicio contra María Antonieta el 14 de agosto de 1793 el fiscal Tinville hace declarar al Delfín contra su madre. Delante del tribunal, el niño acusó a su madre y a su tía de haberle incitado a la masturbación potente y haberle obligado a ciertos juegos sexuales. Indignada, María Antonieta, pidió a las mujeres del público que la defendieran. El motín fue evitado por poco. Después de ser guillotinada en octubre del mismo año, los revolucionarios lo mantuvieron en prisión en condiciones infrahumanas custodiado por un zapatero de nombre Simón. Murió de tuberculosis en la prisión del Temple el 8 de junio de 1795. El cuerpo fue enterrado dos días más tarde en una fosa sin nombre del cementerio de Santa Margarita de París, junto a otros cuerpos, sin señal de que allí descansaba Luis XVII.

Las misteriosas circunstancias de su fallecimiento hicieron que a lo largo del siglo XIX apareciera una considerable serie de falsos Delfines, de los cuales el más célebre fue Karl Wilhelm Naundorff.

En 1814, tras la restauración de la monarquía en Francia, su tío, el conde de Provenza, tomará el nombre de Luis XVIII como homenaje a la memoria de su sobrino, el niño Rey que jamás llegó a reinar.

martes, 17 de noviembre de 2009

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