REDUCCIONES JEUITAS DEL PARAGUAY

REDUCCIONES JESUITAS

DEL PARAGUAY


¿QUÉ SON?

Las reducciones eran concentraciones de población indígena para facilitar la evangelización, controlar su producción, y permitir el control fiscal. La política de concentración indígena en ámbitos rurales se inicia a comienzos del siglo XVI en las Antillas, a consecuencia de los numerosos abusos ejercidos por los encomenderos sobre la población indígena y facilitó la labor de adoctrinamiento y la administración de los sacramentos a grandes masas de conversos, aunque siempre estuvo presente la pervivencia de la idolatría, con importantes rebrotes a lo largo de los tres siglos de la vida colonial en múltiples poblaciones; para evitarla se destruyeron numerosos objetos de culto y símbolos relacionados con las religiones autóctonas, pero en muchos casos pervivieron numerosos ritos indígenas a través de manifestaciones externas cristianas.

Eran consideradas auténticos puestos de frontera. La vida cotidiana registraba casos de canibalismo, asesinatos, riñas y embriaguez agresiva, que solo con mucha paciencia pudieron los misioneros hacerse respetar.

La hostilidad de los hechiceros y ancianos atacados en sus antiguas tradiciones, podían poner en peligro la vida de los misioneros.

Las reducciones del Paraguay fueron la obre de misioneros de la Compañía de Jesús, llamados Jesuitas, fundados por San Ignacio de Loyola en 1540.

En 1604 Roma constituyo la región del Paraguay como una “provincia” aparte para los Jesuitas. Este territorio incluía los territorios actuales de Argentina, partes de Brasil, Bolivia y Paraguay.

El trabajo evangelizador había comenzado antes, gracias a los franciscanos especialmente a Luis de Bolaños, que llegaron a Paraguay con los fundadores de la Asunción, el 15 de agosto, de 1537. Ellos comenzaron a organizar a los indios en asentamientos.

Los primeros jesuitas vinieron del Brasil y los indios de la región son los guaraníes, un pueblo primitivo de nómadas que fueron muy receptivos al cristianismo

La tarea misionera fue terriblemente difícil debido a los paulistas, los cuales se dedicaban a capturar a los indígenas y a venderlos como esclavos, ellos fueron los que destruyeron las dos primeras Reducciones del Paraguay. Los encomenderos, colonizadores encargados de las jornadas de trabajo, trataban a los indios como esclavos.

Los reyes de España dictaron leyes para proteger a los indígenas de la esclavitud, pero debido a la gran distancias no se podía controlar con rigurosidad, debido a esto la labor de los misioneros fue desacreditada.

Los mismos misioneros desempeñaron un importante papel en la aculturación del indígena, al poner un especial empeño en su incorporación a las actividades artesanales de tradición europea, como parte destacada de su educación. La escuela de San José de los Naturales, creada por los franciscanos en México, o las organizadas por el obispo Vasco de Quiroga en Pátzcuaro (Michoacán) son una constante referencia para comprender diferentes proyectos de vida para el indígena a partir de su incorporación al cristianismo. En ellos están presentes muchas de las ideas procedentes de los movimientos utópicos de la edad media

y del renacimiento, que encontraron en América un terreno propicio para su puesta en práctica.

A los misioneros también les correspondió actuar como defensores de los indígenas frente al abuso de los encomenderos y los funcionarios, a los que recordaron continuamente que éstos eran sus iguales ante Dios. En 1511, el fraile dominico Antonio de Montesinos denunció los malos tratos dados a los indios, al hacerlos públicos por medio de un sermón, cuya resonancia llegó hasta España. Para una parte importante del clero la evangelización era la única justificación de la presencia española en América y era deber de los monarcas españoles dedicar todo su esfuerzo a cristianizarlos.

Durante el reinado de Felipe III la Iglesia le dio poderes al padre Jesuita Diego de Torres para llevar a cabo un nuevo plan con el cual se preveía el final del sistema de la encomienda que no les gusto a los colonos. Las resistencias de los colonos convencen a los jesuitas para mover su base de actividades a la provincia de Guairá, pero tras esfuerzos infructuosos para civilizar a los guaycurúes, los jesuitas pusieron su esfuerzo en trabajar con los guaraníes, distribuyéndolos en reducciones. Fue uno de los más grandes experimentos de vida comunitaria en la Historia, los jesuitas organizaron unos 100.000 guaraníes en 20 Reducciones.

Las nuevas reducciones jesuíticas estaban dentro de las zonas de saqueo de los bandeirantes (descienden de una mezcla de portugueses y aventureros holandeses) que reclutaban esclavos

Los Jesuitas comprendieron que para proteger a los indios había que hacer comunidades separadas de las zonas colonizadas por los europeos. Allí podrían vivir con libertad y dignidad, aunque tuviesen que pagar tasas a la Corona. Así llegaron a establecer y administrar 30 pueblos de la zona del río Paraná hasta su expulsión en 1768 por orden de Carlos III rey de España. Hoy día solo persisten ocho, de los demás quedan solo ruinas y recuerdos. Suele llamárseles "las ciudades perdidas del Paraguay.

Los Jesuitas trataron de mantener a sus indios aislados de los colonizadores españoles, para protegerles de ser esclavizados y de la inmoralidad común entre los europeos.

Solo puede explicarse como obra de Dios que por 150 años, un grupo de sólo 50 a 60 sacerdotes gobernaron a más de 140.000 indios impartiéndoles el Evangelio, y lo mejor de la cultura europea y que lo hicieron sin obtener ventajas materiales. Eran hombres de una profunda vida espiritual que se apoyaban en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Tenían además una formidable formación como sacerdotes católicos.

Rara vez algún indio abandonó las Reducciones mientras los Jesuitas las gobernaban, y nunca mataron a ningún jesuita. Los indios de las Reducciones nunca hicieron un intento importante de rebelión. Algo muy extraordinario entre las instituciones humanas.

Para niños y jóvenes las reducciones presentaban ventajas pero los ancianos hallaban inconvenientes.

Ventajas Huir del hambre, donativos de los reductores, la utilización de aperos de labranza, y la perdida del miedo a otras tribus.

Inconvenientes La perdida de la libertad, el tener que convivir con otras tribus, el temor a la sujeción política y tributaria y el recelo a los caciques.

domingo, 8 de noviembre de 2009

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