GUERRAS DE LOS BÓERS




En el Reino Unido se conocen como Guerras de los bóers dos conflictos armados que enfrentaron al Imperio Británico con los colonos de origen neerlandés (llamados bóer, afrikaners o voortrekkers) en Sudáfrica, y dieron como resultado la extinción de las dos repúblicas independientes que los últimos habían fundado. La primera de ellas se desarrolló entre el 16 de diciembre de 1880 y el 23 de marzo de 1881, y la segunda entre el 11 de octubre de 1899 y el 31 de mayo de 1902. Los bóer se refieren a las dos guerras como las «Guerras de liberación».


Contexto histórico


Los Voortrekkers (los que avanzan primero) fueron granjeros blancos llamados también Afrikaners. El apócope de la palabra da origen al nombre Bóer. Estos granjeros en las décadas de 1830 y 1840 emigraron en el Gran Trek desde la Colonia del Cabo dejando los territorios controlados por los ingleses hacia territorios despoblados a partir de la difaqane originada por Shaka, el rey zulú.

Los Bóers son un grupo étnico de origen holando-germánico. Su asentamiento abarca territorios de Sudáfrica y de Namibia.

Su identidad se basa en dos elementos: la lengua afrikáans, una variación criolla del holandés, y la religión calvinista.


Primera Guerra Anglo-Bóer


También conocida como Guerra de Transvaal, la Primera Guerra Anglo-Bóer fue el primer enfrentamiento entre el Reino Unido y los bóers de Transvaal. Se desencadenó cuando Sir Theophilus Shepstone anexó Transvaal (la Unión Sudafricana) al Reino Unido en 1877. Los británicos consolidaron su poder sobre la mayoría de las colonias de Sudáfrica en 1879, tras la Guerra Zulú. Los bóer protestaron ante el hecho consumado y, en diciembre de 1880, estalló una revuelta.

La guerra comenzó el 16 de diciembre de 1880, tras la declaración de independencia del Reino Unido, con el ataque de los bóer a un fuerte británico en Potchefstroom. Esto desencadenó una operación en Bronkhorstspruit el 20 de diciembre de 1880 en la que los bóer se emboscaron y destruyeron una caravana militar británica. Desde el 22 de diciembre de 1880 al 6 de enero de 1881, las guarniciones británicas de todo Transvaal sufrieron asedio.

Los bóers vestían sus ropajes de granjero cotidianos, fabricados en paño de color caqui, mientras que los uniformes británicos seguían siendo rojo escarlata, algo que llamaba notablemente la atención en el paisaje africano y permitió a los bóer, expertos francotiradores, hostigar fácilmente a las tropas británicas a distancia.

El cerco de las guarniciones británicas desembocó en la Batalla de Laing's Neck el 28 de enero de 1881, en la que un destacamento británico compuesto por las fuerzas de Natal bajo el mando del General Sir George Pomeroy-Collery intentó romper las líneas de los bóer sobre la cordillera de Drakensberg para liberar sus guarniciones. Por su parte los bóer, a las órdenes de P.J. Joubert, rechazaron los ataques de la caballería e infantería británicas.

Otras acciones fueron la Batalla de Schuinshoogte (también conocida como Ingogo) el 8 de febrero de 1881, donde otro destacamento británico estuvo a punto de ser destruido. No obstante, la humillación definitiva de los británicos llegó con la Batalla de Majuba Hill el 27 de febrero de 1881, en la que varias compañías de bóer atacaron la colina y los expulsaron, y en la que Collery resultó muerto.

Incapaz de involucrarse más en una guerra que daba por perdida, el gobierno británico de William Gladstone firmó una tregua el 6 de marzo y, en el tratado de paz definitivo del 23 de marzo de 1881, concedió a los bóer el autogobierno de Transvaal bajo la supervisión teórica de los británicos.


Segunda Guerra Anglo-Bóer


En 1887, los buscadores de oro hallaron el mayor filón del mundo en Witwatersrand, una cordillera de unos 96 km que se extiende de este a oeste a unos 48 km al sur de Pretoria. Tratando sobre los posibles beneficios de tal hallazgo, el presidente de Transvaal, Paul Kruger, mostró su clarividencia al manifestar que «En lugar de regocijaros haríais mejor en llorar, pues este oro será causa de un baño de sangre en nuestro país».

Con el descubrimiento del oro de Transvaal, miles de colonos británicos cruzaron en oleadas la frontera desde la Colonia del Cabo. El tamaño de la ciudad de Johannesburgo explotó y se transformó en núcleo de infraviviendas de un día para otro a medida que los extranjeros (uitlanders en neerlandés) llegaban y se establecían en las inmediaciones de las minas. Los extranjeros superaron rápidamente en número a los bóer de Witwatersrand, aunque en general siguieron siendo una minoría en Transvaal. Los afrikaners (colonos neerlandeses), nerviosos y resentidos por la presencia de los extranjeros, se negaron a reconocerles derechos electorales e impusieron pesadas cargas fiscales sobre la industria del oro. Como respuesta, creció la presión de los extranjeros y de los propietarios británicos de las minas para que cayera el gobierno de los bóer. En 1895, Cecil Rhodes promovió un fallido golpe de estado respaldado por una incursión armada conocida como Jameson Raid.

El fracaso en la lucha por los derechos de los británicos se utilizó para justificar una intervención militar en toda regla en el Cabo, y diversos líderes coloniales británicos se mostraron favorables a la anexión de las repúblicas de los bóer. Entre ellos se contaba el gobernador de la Colonia del Cabo, Sir Alfred Milner, el secretario colonial británico Joseph Chamberlain y los propietarios de minas asociados como Alfred Beit, Barney Barnato y Lionel Phillips. Convencidos de que los bóer serían derrotados rápidamente, intentaron provocar una guerra.

El presidente del Estado Libre de Orange, Marthinus Steyn, convocó a Milner y Kruger a una conferencia en Bloemfontein que se celebró el 30 de mayo de 1899 (la Conferencia de Bloemfontein), pero las negociaciones se interrumpieron muy pronto. En septiembre de 1899, Chamberlain presentó un ultimátum por el que exigía igualdad legal para los ciudadanos británicos residentes en Transvaal.

Kruger, seguro de que la guerra era ya inevitable, presentó su ultimátum antes de recibir el de Chamberlain. En él se comunicaba a los británicos que disponían de 48 horas para retirar todas sus tropas de la frontera de Transvaal, de lo contrario la república se aliaría con el Estado Libre de Orange y les declararía la guerra

sábado, 23 de enero de 2010

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